Toda una vida siempre nos replanteamos que vamos a hacer, es como una carcomilla dentro de nosotros que automáticamente lleva a esta situación para seguir avanzando en la vida. Normalmente la mayoría de las personas esperamos a que sea un nuevo año para trazarnos nuevas metas y llenarnos de esa fuerza rejuvenecida que nos eleve al propósito deseado. ¿Pero? ¿De veras es necesario esperar tanto?
Creo que la vida que tenemos aquí es muy veloz para esperar por replantear mis sueños cada año nuevo, prefiero hacerlo en todo momento, cuando sea necesario, simplemente viviendo el día a día como si no hubiese un mañana. Al final todas las cosas no son más que pura vanidad y creo que después de esta vida nos queda otra por delante que posiblemente sea para toda una eternidad.
Por eso, simplemente no esperes a que llegue un nuevo año para cambiar tus metas, no esperes a que sea un nuevo año para perdonar, para establecer tu negocio ni para dejar de darle la oportunidad a Dios de que transforme tu vida. Que tus decisiones y aspiraciones de un nuevo comienzo no sean anuales, sino diarias…
Espero que les sirva esta pequeña charla, compártela con otras personas y síguenos en nuestras redes sociales y visita nuestro blog. Un abrazo.
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